Camisetas. Las ves en la tienda, muy chulas, de muchos colores, con la foto del monumento y el nombre de la ciudad/país. Y la compras. Y acaba en el armario y con suerte puedes ponértela un par de veces (o más si te gustan llevarlas).
No es mi caso, he comprado alguna vez camisetas de localidades que he visitado o me han regalado camisetas y en alguna ocasión las he llevado puestas. Pero ahora las camisetas las intento evitar.
Y también intento no regalarlas. Hay que acertar con la talla, que a la otra persona le guste y que sepas que se la va a poner. Además, hoy en día en los que elegimos Ryanair para volar y el peso de la maleta cuenta hasta el gramo, casi prefiero regalar un objeto más pequeño.